Reflexión

Juegos Olímpicos: las historias detrás de la medalla

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A deportistas y no-deportistas, los Juegos Olímpicos nos enseñan, entre muchas otras cosas, sobre cómo competir, sobreponernos a las adversidades, regular nuestras emociones e incluso, cómo cooperar y ser mejores personas. A continuación, gestos y reflexiones que, desde La Nueve, valoramos y compartimos. Algunas de las lecciones que nos deja el evento deportivo más importante del mundo.

La imagen de Juan Martín del Potro, conmovido tras el saludo y felicitación de Novak Djoković, no solo cuenta la historia de un partidazo de tenis, acorde a una final más que a la primera ronda del campeonato. Detrás de ese abrazo se narra la lucha del argentino por recuperarse de una serie de lesiones a la muñeca que incluyeron tres cirugías y largos meses de recuperación sin utilizar una raqueta. La superación de La torre de Tandil es el ejemplo de resiliencia deportiva que dio la vuelta al mundo en el inicio de los Juegos Olímpicos, y nos enseña sobre cómo establecernos metas en  los momentos más duros, dar flujo a pensamientos positivos sobre el futuro y que el entorno social es clave en ofrecerse como soporte afectivo.

Djoković, más allá de las lágrimas y el dolor tras la derrota, saludó el retorno de Del Potro y le dijo que se merecía ese momento. Se lo había ganado (girabsas.com).

Michael Phelps y su vigésimo primera medalla de oro en natación nos presentan un relato similar, mas no el mismo. Phelps es, además del deportista olímpico más condecorado de la historia, el ejemplo vivo de no conformarnos con lo que tenemos, valorándolo sí, pero buscando mejorar como constante. La auto-exigencia del estadounidense es digna de admiración y se hace evidente en sus logros a través del tiempo. Como Del Potro, El tiburón de Baltimore también es la historia de sobreponerse a un momento difícil y pasar de estar en el ojo de la tormenta de la opinión pública, de apetito siempre voraz, al elogio mundial que pone las cosas en el lugar que se merecen.

Si Phelps fuera un país, se situaría en el 39º lugar del medallero histórico de los Juegos Olímpicos (infobae.com).

Popole Misenga y Yolande Bukasa son representantes de los Atletas Olímpicos Refugiados que mostraron un espíritu indoblegable a pesar de perder a su país y a sus familias. Los judokas nacidos en Congo dan un ejemplo de vida al participar de los Juegos. Si creíamos que se trataba solo de oros y platas, nos equivocábamos. Misenga no ha visto a su familia en 15 años, tras separarse de esta a los 9 años durante la guerra en Congo. Hace tres años, ambos buscaron asilo en Brasil cuando asistieron al campeonato mundial de la disciplina, luego de confesar maltratos y castigos de sus entrenadores. Hoy, el mundo reconoce su lucha y su esfuerzo por salir adelante.

Popole Misenga y Yolanda Bukasa en su entrenamiento en Rio de Janeiro (infobae.com).

Yusra Mardini, también de los Atletas Olímpicos Refugiados, tiene una historia propia increíble que trasciende más allá de su pronta eliminación en natación. Nacida en Siria, Mardini huyó de la guerra en su país. Cuando viajaba de Turquía a Grecia en barco, el motor de este falló. La pequeña embarcación con capacidad para seis personas fue cargada con veinte, muchos de los cuales no sabían nadar. Mardini, su hermana y algunos otros héroes saltaron al agua helada y nadaron durante más de tres horas para tirar del barco y sus pasajeros a salvo en Lesbos, Grecia. De huir de la guerra en Siria a deslumbrarnos con su ejemplo de vida. Los Juegos son una plataforma de héroes por conocer que no deben quedarse detrás de la cortina.

La joven de 18 años de edad salvó a 20 personas cuando el bote en el que viajaban mientras huía de Siria comenzó a hundirse en el Mar Egeo (diez.hn).

No tenemos la oportunidad de ver todas las disciplinas y conocer a todos los deportistas, cada uno sin duda con un mundo propio en el que valdría la pena adentrarse. No solo serán relevantes los resultados grandilocuentes o las performances sublimes. Podemos apreciar en pequeños detalles otras cuestiones que sirvan de aprendizaje para el deporte y para la vida. La chance de ver un partido preliminar de tenis de mesa femenino de resultado muy ajustado entre Kasumi Ishikawa de Japón y Kim Song I de Corea del Norte nos dejó impresionados por la exigencia de concentración de este hermoso deporte, así como por la regulación emocional de las competidoras en los puntos finales de un duelo extraordinario.

La tenimesista norcoreana Kim Song I juega con un estilo defensivo y competirá por la medalla de bronce (google.com).

Finalmente, saludamos y valoramos la fotografía en conjunto que se tomaron las selecciones de Brasil y Argentina de rugby a siete al finalizar el partido, donde se resume en una imagen aquello de lo que se trata el deporte olímpico. Hermandad deportiva e impacto positivo mediático de estos dos equipos, que nos recuerdan que “el rugby es un deporte de villanos jugado por caballeros”.

De esto se trata (Twitter Sudamérica Rugby).

Los razonamientos, las actitudes, los comportamientos o los mensajes que se envían no son, evidentemente, siempre los mejores. Vimos a aficionados pelearse en las tribunas de un partido de tenis y a voleibolistas rivales a punto de irse a las manos luego de un disputado duelo. Se destapó un escándalo de dopaje sistemático de deportistas rusos previo a los Juegos y existen normativas cuestionables ligadas a la no mención de los Juegos –ni de muchos otros “términos” afines (ver Regla 40)– de parte de empresas que no son patrocinadores oficiales. Es necesario observar los Juegos con ojos críticos, cuestionando lo que es irresponsable, irrespetuoso o injusto, pero también apropiándonos de lo que nos sorprende gratamente.

Hemos revisado solo algunas de las razones por las que los Juegos Olímpicos pueden nutrir a un televidente común, más allá de ser deportista o no. Si bien La Nueve es un espacio dedicado al fútbol, y al fútbol de menores específicamente, estamos convencidos de que conocer las historias que se esconden detrás de otras disciplinas deportivas también nos puede educar para ser aún mejores. Alguna vez leímos que “quien solo sabe de fútbol ni de fútbol sabe”, y creemos que es cierto. Otros deportes, así como otras actividades de la vida humana (la psicología, la educación, la gestión, e infinitas más) revelan hechos que merecen convertirse en aprendizajes, siempre manteniendo una postura reflexiva y crítica frente a lo que sucede a nuestro alrededor o en nuestro televisor.

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