Los dirigidos por Walter Cáceres se quedaron con el título tras voltearle el partido a un luchador cuadro de Claretiano.
Las finales no se juegan, las finales se ganan. Ambos cuadros lucharon desde el principio por quedarse con el título de la Copa Claro. Hay que tener en cuenta que los chicos habían disputado la fase de grupos, octavos de final, cuartos de final, y la semifinal antes de llegar al último partido, por lo tanto, el cansancio le pasaría factura a los jugadores.
Santa María daría el primer aviso tras un buen remate de Rodrigo Borobio, que fue bien detenido por el portero rival. A los siete minutos, un saque del portero de Claretiano encontraría a Marcelo Benavente, quién pondría el primero y desataría la algarabía en la barra de la visita.
Santa María reaccionaría con una buena jugada de Guisseppe Canónico, pero el disparo final encontró las manos del portero.
En la segunda parte llegaría la reacción de Santa María. Un saque del portero santo encontraría la desafortunada cabeza de Franco Saavedra, quién anotó en su propio arco. Luego, Rodrigo La Torre aprovecharía una seria de rebotes para marcar el segundo y darle el título al cuadro del profesor Cáceres.
El marcador no se movería más, y cuando el árbitro pitó el final, la alegría se apoderó de los chicos del Santa María, quienes celebraron por todo lo alto el título en la cuarta edición de la exitosa Copa Claro.